
Dicen que los ojos son el espejo del alma. Y si lo mirás con detenimiento, tal vez descubras que son también una especie de mapa.
Cuarta entrega de Se Vos, la serie de Mirada Argentina que celebra a quienes marcaron nuestra identidad. Hoy, Carlitos Balá: ternura, humor y un recuerdo que sigue vivo en el corazón del pueblo.
Notas de Autor25 de marzo de 2025
Ícono de la televisión argentina, creador de frases inolvidables y compañero de la infancia de generaciones enteras, Carlitos Balá supo ganarse un lugar en la historia grande del humor nacional. Su legado sigue vivo en el recuerdo colectivo de quienes crecieron entre risas, caramelos y su inconfundible “¿Qué gusto tiene la sal?”
Hablar de Carlitos Balá es hablar de ternura, de risa sana, de una época donde la televisión reunía a la familia frente al televisor para compartir momentos inolvidables. Con su flequillo inconfundible, su voz única y una energía contagiosa.
Una vida dedicada a hacer reír
Nacido en el barrio de Chacarita el 13 de agosto de 1925, Carlos Salim Balaá Boglich comenzó su carrera artística en la radio. En 1955, debutó en "La revista dislocada", programa que marcó sus primeros pasos en el humor. Desde entonces, su carrera no hizo más que crecer, siempre con un compromiso inquebrantable: hacer reír sin necesidad de burlarse de nadie.
A fines de los ‘50, formó el trío cómico junto a Jorge Marchesini y Alberto Locati, y en 1961 desembarcó en la televisión, un medio que lo consagraría como figura. Su creatividad no tenía techo, y cada nuevo programa, personaje o frase que inventaba se volvía parte de nuestra cultura popular.
Filmografía entrañable
En el cine, Carlitos dejó su huella con películas que hoy son clásicos. Su personaje “Canuto Cañete” protagonizó varias de ellas:
Canuto Cañete, conscripto del siete (1963), donde el servicio militar se convertía en una sucesión de enredos cómicos.
Canuto Cañete y los 40 ladrones (1964), una divertida aventura policial.
El tío Disparate (1978), una de sus películas más queridas.
Un amor en tiempos de selfies (2014), donde demostró que su magia no conocía de edades.
En total, participó en 18 películas, siempre con esa impronta inocente, ocurrente y querible que lo caracterizaba.
El rey de la televisión infantil
En la tele, Carlitos fue pionero. Desde El flequillo de Balá hasta El show de Carlitos Balá, pasando por El clan de Balá y El circus show, su presencia marcó la infancia de millones. Supo combinar humor, música, enseñanzas y respeto, en una fórmula que hoy resulta casi imposible de replicar. Balá y un chupetómetro simbólico que adorna su casa. Foto Julio Juárez
En sus programas no había violencia, ni gritos, ni doble sentido. Solo ganas de hacer bien, de acompañar a los chicos, de sembrar alegría. Frases como “¿Un gestito de idea?”, “¿Y ahora qué gusto tiene la sal?” o su famoso “sumbudrule” siguen vivas en el imaginario popular.
Premios y reconocimientos merecidos
A lo largo de su vida, Carlitos recibió innumerables homenajes. Entre ellos:
Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires (2017)
Personalidad Destacada de la Cultura (2009)
Premio Martín Fierro a la Trayectoria (2011)
Embajador de la Paz (2016), título que recibió tras visitar al Papa Francisco.
Todos estos reconocimientos fueron apenas una muestra del cariño inmenso que le tenía el pueblo argentino.
Su última etapa: el amor de siempre y nuevas generaciones
En los últimos años, Carlitos volvió a acercarse al público infantil de la mano de Panam, con quien compartió varios shows y apariciones públicas. La artista siempre lo trató como lo que fue: un maestro, un referente y un compañero de sueños. Él, ya grande, seguía regalando sonrisas con esa mirada pícara que nunca perdió brillo.
Un legado que no se apaga
Carlitos Balá falleció el 22 de septiembre de 2022 a los 97 años. Su partida fue llorada como la de un familiar cercano, porque eso fue para muchos: un tío, un abuelo, un amigo. Pero su figura no se fue: quedó en los recuerdos, en los memes que lo homenajean, en los hijos que hoy les muestran a sus hijos quién fue ese hombre del flequillo, el chupetómetro y la ternura infinita.
Carlitos nos enseñó que se puede hacer humor desde el amor, sin herir a nadie. Que se puede dejar huella sin escándalos. Que se puede ser eterno, aunque ya no se esté.
Dicen que los ojos son el espejo del alma. Y si lo mirás con detenimiento, tal vez descubras que son también una especie de mapa.
En las profundidades del océano, donde el canto de las ballenas resuena como una memoria viva del planeta, habita una verdad silenciosa: el liderazgo no siempre nace de la fuerza o la juventud, sino de la experiencia.
Convivir con nosotros no los hizo más domesticados: los hizo más complejos. Entre gestos emocionales, habilidades cognitivas y vínculos afectivos profundos, los perros están evolucionando a un ritmo que sorprende incluso a la ciencia. Y quizás, hoy, ellos nos entienden más a nosotros que nosotros a ellos.
Mientras en Europa organizan campañas para que cada familia tenga lista su mochila de emergencia, acá lo vemos pasar desde la distancia. Lo leímos, sí. Nos pareció lógico, también. Sentimos que eso no es para nosotros. Hasta que pensamos: si tuviéramos que armar una mochila así en Argentina, ¿qué tendría que tener para servirnos de verdad?
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Argentina se vive también a través de sus fiestas. Cada provincia, cada pueblo, cada rincón del país tiene una celebración que lo representa, que lo convoca y que le da sentido de pertenenciaodés verlas todas en un solo lugar.