¿Y si soplamos todos para el mismo lado?

En diciembre de 2024, los astrónomos del Instituto de Astronomía de la Universidad de Hawái detectaron un asteroide que, ha captado la atención mundial: el 2024 YR4. China ha decidido tomar cartas en el asunto, ha iniciado una campaña de reclutamiento para formar un equipo de defensa planetaria.

Actualidad17 de febrero de 2025VanelogaVaneloga

Doble pensamiento: tememos el fin, pero seguimos como si nada

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Es increíble cómo nos miramos a nosotros mismos, tan preocupados por la destrucción del planeta, como si fuéramos eternos, como si realmente estuviéramos diseñados para durar para siempre. Y, al mismo tiempo, actuamos como si esto nunca fuera a pasar, como si en el fondo supiéramos que en el último minuto va a aparecer alguna solución milagrosa, o alguien y mandamos el asteroide a otra galaxia y así zafamos todos.

Es una especie de doble pensamiento, una especie de doble vida mental:
por un lado, tememos la catástrofe, pero por el otro, seguimos como si nada, como si el planeta fuera indestructible y nosotros, inmunes a cualquier final. Porque, si realmente nos pusiéramos a pensar en serio en esto, muchas cosas perderían el sentido. ¿Para qué hacer una guerra? ¿Para qué pelear por un lugar de poder? ¿Para qué seguir sosteniendo estructuras que, ante la posibilidad de un fin absoluto, se vuelven completamente absurdas?

Y lo más fuerte de todo es esa idea de que un día simplemente nos digan: "Bueno, hasta acá llegamos." Como cuando se apaga la luz en un teatro y sabés que no hay más función. Solo que esta vez, el escenario es el mundo entero.


El planeta enfrenta una posible amenaza, y esta vez no se trata de guerras, crisis económicas ni pandemias, sino de algo que viene desde el espacio. Un asteroide, identificado como 2024 YR4, ha encendido las alarmas en la comunidad científica mundial. Con un diámetro estimado entre 40 y 90 metros, este objeto celeste tiene un 2,2% de probabilidad de impactar la Tierra en diciembre de 2032, según datos de la Agencia Espacial Europea (ESA).

El margen de probabilidad puede parecer bajo, pero el potencial de destrucción es alto. Se estima que, si el asteroide llegara a colisionar, liberaría una energía equivalente a 1.000 bombas atómicas como la de Hiroshima. La historia ha demostrado que la Tierra no es ajena a estos eventos: basta recordar el meteorito que explotó sobre Chelyabinsk en 2013, causando una onda expansiva que hirió a más de 1.500 personas.


China toma la delantera


Frente a esta amenaza, China no se quedó de brazos cruzados. El gigante asiático ha formado un equipo de defensa planetaria, con el objetivo de desarrollar sistemas de monitoreo, alerta temprana y estrategias de mitigación. Para ello, su Administración Estatal de Ciencia, Tecnología e Industria para la Defensa Nacional (SASTIND) comenzó a reclutar expertos en distintas disciplinas, desde ingeniería aeroespacial hasta cooperación internacional.

En un contexto de desempleo juvenil creciente en China, la convocatoria ha despertado un gran interés en los jóvenes científicos y profesionales. No se trata solo de encontrar una oportunidad laboral, sino de ser parte de un equipo que, en el peor de los escenarios, podría tener en sus manos la responsabilidad de proteger al planeta entero.

¿Qué dice la NASA?

La NASA, por su parte, también sigue de cerca el caso del 2024 YR4 y ha activado sus protocolos de análisis de impacto. En los últimos años, la agencia ha probado estrategias para desviar asteroides, como la misión DART (Prueba de Redirección de Asteroides), que en 2022 logró modificar la órbita del asteroide Dimorphos tras el impacto de una nave.

Si bien las opciones aún están en fase de evaluación, los científicos consideran tres posibles estrategias para desviar el asteroide:

Impactadores cinéticos: Son naves espaciales diseñadas para colisionar con el asteroide y cambiar su trayectoria.
Explosiones nucleares cercanas: Una medida extrema que podría fragmentar el asteroide o desviarlo.
Tractores gravitacionales: Son sondas que, mediante su propio campo gravitacional, modificarían lentamente la ruta del asteroide.
Pero la pregunta sigue siendo: ¿quién decide qué camino tomar?

Un alevoso primado negativo: el guion de "No Mires Arriba" cobra vida

No es la primera vez que una gran amenaza cósmica se convierte en parte del debate público. En 2021, la película "No Mires Arriba" (Don't Look Up) retrató con una crudeza satírica cómo la humanidad, en lugar de actuar unida frente a una catástrofe inminente, caía en disputas políticas, intereses económicos y la indiferencia de una sociedad más preocupada por el entretenimiento que por su propia supervivencia.


El film, protagonizado por Leonardo DiCaprio y Jennifer Lawrence, parecía una exageración, pero con cada nuevo descubrimiento astronómico, su historia cobra más sentido. La creación de equipos de defensa planetaria, la rivalidad entre potencias y la falta de consenso global sobre cómo afrontar estas amenazas refuerzan la idea de que, muchas veces, la realidad supera a la ficción.


El desafío de trabajar juntos


Este tipo de amenazas no tienen banderas ni fronteras. No es un problema de China, Estados Unidos o Europa; es un problema de la humanidad. Sin embargo, la realidad es que el espacio es otro campo de competencia geopolítica, donde los países buscan liderar en exploración, defensa y tecnología.

Ante una amenaza real, como la del 2024 YR4, la cooperación internacional debería primar sobre las diferencias políticas y estratégicas. Si todos los países pusieran su conocimiento y tecnología en la misma dirección, la humanidad tendría muchas más chances de prevenir un desastre global.

El asteroide aún está lejos, pero el reloj ya está corriendo. Mientras algunos desarrollan estrategias, otros miran desde lejos. La pregunta es: ¿vamos a soplar todos para el mismo lado o cada uno cuidará solo su propio techo ?

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