
Si vas a sumar yogur a tu mesa, elegí natural, sin azúcar, con cultivos vivos. Leé la etiqueta, ajustá la versión a tu necesidad (entero, descremado, deslactosado) y usalo como base real de desayuno o merienda. Podés hacerlo en casa con dos pasos claros y, si preferís comprar, en góndola tenés opciones nobles. Lo demás es ruido.