
No somos el mejor país del mundo: somos el mundo. Herencia creativa, soberanía genética, poder argentino
Un ensayo sobre nosotros: lo bueno y lo malo de nuestra genética, entre la supervivencia propia y la explotación ajena.



Un ensayo sobre nosotros: lo bueno y lo malo de nuestra genética, entre la supervivencia propia y la explotación ajena.

La frase “somos uno”, despojada de poesía hueca, encuentra su sustento en la genética y en las sabidurías ancestrales que lo dijeron antes de que fuera cliché.

Perros asilvestrados que habitan la zona de exclusión de Chernóbil han desarrollado una estructura genética singular, fruto del aislamiento y selección natural —no de mutaciones azarosas por radiación—. Estudian sus genomas para entender cómo los mamíferos pueden adaptarse frente a daños ambientales severos.

Crece entre espinas, pero cura con ternura. El cardo mariano, originario del Mediterráneo y adaptado a los suelos argentinos, guarda siglos de sabiduría natural. Su flor violeta, su historia sagrada y su poder hepatoprotector, lo convierten en un tesoro.

Allí, en un balcón natural sobre los Valles Calchaquíes, el Observatorio Ampimpa abre las puertas del universo. Las estrellas se vuelven maestras, la montaña un templo, y el visitante un aprendiz del asombro. Dialogamos con el Lic. José Francisco Paz , director del área científica del observatorio.

Durante décadas, los hongos fueron vistos como un territorio incierto: o una extravagancia culinaria o una puerta a lo alucinógeno. Hoy, sin embargo, se alzan como emblema de bienestar y sofisticación. Una revolución fúngica, en un tiempo donde el cuerpo busca lo que la mente ya no encuentra: equilibrio.

Bajo más de dos kilómetros de hielo, científicos descubrieron un antiguo sistema de ríos y valles intacto desde hace 34 millones de años.

El linaje más antiguo del país fue hallado en territorio cordobés. Tiene 8.500 años de historia ininterrumpida y sigue presente en habitantes actuales. No fue reemplazado. No fue borrado. Persistió.

