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Por qué el peso argentino sigue perdiendo valor y qué lo mantiene en un ciclo de depreciación constante La moneda nacional enfrenta un desafío de credibilidad que parece inquebrantable. A pesar de los intentos por estabilizarla, los argentinos siguen optando por el dólar, mientras el peso continúa perdiendo terreno. ¿Por qué no logramos romper este círculo vicioso?
Notas de Autor30 de septiembre de 2024
El peso argentino ha sido una constante fuente de inestabilidad para los ciudadanos y la economía en general. En las últimas décadas, cualquier intento de reforzar su valor o su estabilidad ha sido insuficiente. Mientras tanto, los argentinos prefierimos ahorrar e invertir en dólares, un refugio que, aunque también sufre volatilidad, ofrece más confianza que la moneda local. Pero, ¿qué factores hacen que el peso no logre consolidarse como una moneda fuerte y confiable?
¿Por qué el peso no encuentra estabilidad?
Uno de los principales problemas del peso argentino es la falta de confianza en su valor. La inflación crónica y las políticas monetarias ineficaces han debilitado constantemente su poder adquisitivo. Desde la década de 1970, la inflación ha sido un enemigo constante del bolsillo de los argentinos, con episodios extremos como la hiperinflación de los 80 y las crisis recurrentes de las décadas siguientes.
En este contexto, cada intento de estabilización ha chocado con una realidad implacable: la desconfianza. Cada devaluación, control de capitales y emisión desmedida de dinero no hace más que alimentar la percepción de que el peso es una moneda en la que no se puede confiar a largo plazo.
La preferencia por el dólar está profundamente arraigada en la mentalidad argentina. Se ha convertido en un símbolo de seguridad frente a la inestabilidad local. A pesar de la propia inflación del dólar y su devaluación gradual en los mercados internacionales, los argentinos continúan viéndolo como una protección ante la pérdida constante de valor del peso. Esta preferencia genera un círculo vicioso: cuanto más dependemos del dólar, más presionamos al peso, debilitándolo aún más.
Incuso los controles cambiarios impuestos por diferentes gobiernos no han logrado revertir esta tendencia. El dólar paralelo, el “dólar blue” y otras alternativas surgen precisamente porque la demanda de la divisa estadounidense supera con creces la oferta controlada por el Estado.
La volatilidad del peso: ¿es posible revertirla?
La volatilidad del peso argentino es el reflejo de una economía que no logra encontrar su equilibrio. Las políticas fiscales expansivas, combinadas con una emisión monetaria sostenida para cubrir déficits, crean una presión inflacionaria que empuja al peso hacia abajo. Cada nuevo gobierno intenta implementar medidas de estabilización que, en muchos casos, solo logran resultados temporales.
Para revertir esta situación, se necesitaría un plan integral que aborde no solo las cuestiones monetarias, sino también las estructurales. La confianza en el peso no se recuperará solo con medidas aisladas, sino con una serie de políticas que permitan controlar la inflación de manera sostenida, reducir el déficit fiscal y generar un crecimiento económico real y sustentable.
El peso argentino carga con un peso histórico que dificulta su recuperación. Mientras los argentinos sigan optando por el dólar como refugio, será difícil romper con este ciclo de pérdida de valor y volatilidad. Sin embargo, la solución no pasa únicamente por controles cambiarios o medidas de corto plazo, sino por un cambio profundo en las políticas económicas que permita reconstruir la confianza en la moneda nacional. Solo entonces, el peso podrá volver a ser visto como un valor estable.
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