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Esta vez, no le echen la culpa a nuestro querido Víctor Sueiro. Los apagones que se avecinan tienen causas mucho más terrenales: dependencia energética, infraestructura frágil y algo más que sucede detrás de bambalinas
Actualidad29 de abril de 2025Cada vez que ocurre un apagón masivo, como los que en las últimas semanas afectaron a distintas regiones del mundo, salta a la vista una verdad incómoda: nuestra dependencia absoluta de la electricidad. Sin energía, las ciudades se detienen, las comunicaciones se cortan y nuestras rutinas modernas quedan suspendidas, como si el tiempo mismo se congelara.
En este contexto, la enseñanza es clara: debemos repensar nuestra relación con la tecnología y prepararnos para enfrentar momentos en los que la electricidad no esté garantizada.
¿Qué se espera para Argentina?
Más allá de las dificultades estructurales de nuestro sistema eléctrico, Argentina no está exenta de la posibilidad de enfrentar un apagón masivo. Y aunque factores como las llamaradas solares, los ciberataques o el aumento del consumo energético impulsado por la inteligencia artificial son amenazas globales, en nuestro país la situación presenta matices propios.
Aquí intervienen dinámicas que trascienden las explicaciones técnicas. En ocasiones, pareciera que las interrupciones no responden únicamente a contingencias inevitables. Esconden una estrategia: desconectar para luego reconectar, gestionando el flujo de energía bajo criterios que no siempre comprendemos.
Frente a esta realidad, la responsabilidad individual cobra protagonismo. Prepararnos, adaptarnos y mantener la calma son actitudes clave para transitar estos escenarios. Porque más allá de lo que ocurra en las altas esferas, a nosotros nos toca aprender a vivir estos desafíos con resiliencia, solidaridad y organización.
Sumergirnos en esa preparación consciente es el verdadero camino para enfrentar lo inesperado.
¿Cómo prepararse para los apagones?
La preparación ante un apagón no requiere paranoia, sino resiliencia y sentido práctico. Algunas recomendaciones:
Tener linternas y baterías a mano.
Contar con agua potable almacenada. Las botellas de agua congelada son muy útiles para mantener los alimentos.
Mantener cargados los dispositivos importantes.
Tener una radio a pilas para mantenerse informado.
Organizar una pequeña reserva de alimentos no perecederos.
Nunca está de más acumular un poco de agua. Una bolsita de supermercado llena es la cantidad justa para reemplazar una descarga del inodoro. Podés llenarlas, cerrarlas y almacenarlas en la bañera o en la ducha. Esto es especialmente útil porque muchas casas dependen de bombas eléctricas para abastecer sus tanques de agua, y ante un corte de luz, el suministro se ve interrumpido.
Evitar abrir la heladera o el freezer para conservar mejor los alimentos.
También es fundamental conservar la calma: los cortes suelen ser temporales, y la actitud marca la diferencia.
La resiliencia argentina ante los cortes de energía
Los argentinos sabemos de apagones. Los vivimos en distintas épocas de nuestra historia, desde los cortes programados de los últimos años hasta los recordados apagones de las décadas del '80 y '90. Y si algo nos caracteriza es nuestra capacidad de adaptación.
Sabemos improvisar, sabemos buscar alternativas, sabemos reírnos en medio de la adversidad. Una velada sin luz puede convertirse en un momento de charla, juegos de mesa o historias compartidas a la luz de una vela.
Cada apagón nos recuerda que, aunque la tecnología nos facilita la vida, nuestra verdadera fuerza está en la capacidad de adaptarnos, de resistir y de reinventarnos.
Cuando la luz vuelve, no solo se encienden los focos: también se enciende una lección que no deberíamos olvidar.
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