Y al mar Espejo de mi corazón Las veces que me ha visto llorar La perfidia de tu amor

Los pronósticos detallados entre agosto y diciembre revelan un patrón de oleaje persistente, con picos significativos durante temporales puntuales y señales que despiertan no solo atención técnica, sino también resonancias simbólicas Las olas que vienen: el Mar Argentino bajo presión (Agosto – Diciembre 2025)

Actualidad07 de agosto de 2025VanelogaVaneloga

Mientras el calendario avanza hacia el cierre de un 2025 complejo. Desde Mar del Plata hasta Ushuaia, las olas ya comenzaron a hablar. 

2024 (2)

@heberlavecchia Mi Propia investigacion Nadie me ha dicho nada Nadie es culpable de lo que hablo No soy un Mensajero Soy Heber Lavecchia #Heberlavecchia #mensaje ♬ sonido original - 𝙃𝙚𝙗𝙚𝙧 𝙇𝙖𝙫𝙚𝙘𝙘𝙝𝙞𝙖Ⓜ

El mar, el mar, el mar

Hablar del mar es recordar ciertas perfidias. Como la canción “Perfidia”, compuesta por Alberto Domínguez, que habla de lo que se fue pero sigue latiendo. Lo bello que arrastra, lo profundo que oculta, lo cambiante de su superficie.
Te dejamos acá abajo la canción de todo esto, para ponerle un poco de melodía a las noticias que, aunque a veces pesan, sin duda es mejor saberlas.


El invierno y la primavera traerán consigo olas sostenidas de entre 1 y 2 metros en gran parte de la costa bonaerense, con episodios que podrían superar los 3 a 4 metros durante las sudestadas más intensas. De hecho, entre julio y agosto, ya se vivieron fenómenos que recordaron eventos históricos como la Tormenta de Santa Rosa de 1946, que dejó decenas de pescadores muertos y olas de hasta 8 metros en Mar del Plata. Las ciudades costeras bonaerenses como Necochea, San Bernardo y San Clemente del Tuyú han tenido que cortar accesos por anegamientos costeros debido a crecidas provocadas por el mar.

En el sur de Buenos Aires y norte patagónico, zonas como Bahía Blanca y el Golfo San Matías muestran una dinámica distinta: menor oleaje dentro de la ría pero con potenciales marejadas de hasta 5 metros en mar abierto, como ocurrió durante un ciclón en junio. En Chubut y Santa Cruz, desde Península Valdés hasta Comodoro Rivadavia y Río Gallegos, el mar mantiene una cadencia más brava: oleaje habitual de 1,5 a 2 metros y picos de hasta 3 o más en caso de tormentas fuertes, lo que obliga a medidas preventivas en puertos y zonas turísticas. Ushuaia, aunque protegida dentro del Canal Beagle, enfrenta un mar embravecido en las puertas del Pasaje Drake, donde las olas superan los 5 metros y alcanzan los 8 en temporales extremos.



https://www.ventusky.com/?p=-54.2;-42.1;3&l=wave


Estos datos  son para pescadores artesanales, surfistas, turistas y autoridades portuarias, cada metro que crece el mar representa una alerta. 

Y entonces, aparece otra dimensión.

Porque estas olas que se agitan hoy ya fueron vistas. O vislumbradas. Las profecías argentinas de la primera mitad del siglo XX –especialmente las de Benjamín Solari Parravicini– ya hablaban de ciudades inundadas por el mar. En sus dibujos y psicografías, el visionario porteño anticipó escenarios donde "el agua entrará por el este y cubrirá ciudades costeras", señalando con insistencia la vulnerabilidad de la costa atlántica frente a un mar en ascenso. Habló del "mar embravecido que golpeará muros", de una Buenos Aires desbordada por sus ríos y canales y de un Atlántico que se alza no sólo físicamente, sino como símbolo de un cambio de era.
Algunas interpretaciones incluso sitúan el ingreso del mar en localidades como Mar del Plata, Miramar y La Plata, en el marco de un reordenamiento global que vincula fenómenos naturales con despertar espiritual y decadencia institucional. En otras palabras: la marejada no es sólo meteorológica, también es moral y civilizatoria.

Este tipo de visiones proféticas no busca reemplazar el dato científico, pero lo tensiona, lo expande. La ciencia nos dice cuánto mide una ola y cuándo impactará. La profecía nos pregunta por qué. Y ahí, el Atlántico argentino se vuelve espejo de lo que arrastramos, de lo que no quisimos ver y ahora viene por la costa. ¿Es solo una coincidencia que las olas más altas ocurran en meses donde socialmente nos sentimos más vulnerables, más rotos?

Entre agosto y diciembre de 2025, el mar seguirá hablando. Los modelos matemáticos anticipan más sudestadas, posibles crecidas e incluso temporales fuertes hacia fin de octubre, en torno a la siempre temida "Santa Rosa". Desde Mirada Argentina, creemos que no se trata únicamente de alertar sobre la altura del oleaje. Se trata de mirar de frente, con conciencia, el lugar que el agua ocupa en nuestra historia y destino. Como frontera, como advertencia, como misterio.

 Podés comentar la nota en:  https://x.com/mirada_arg


 
Fuentes: Pronósticos Ventusky (https://www.ventusky.com), Servicio de Hidrografía Naval (Argentina), informes del SMN, reportes de medios locales, archivo de profecías de Benjamín Solari Parravicini, datos históricos de oleaje del Mar Argentino y registros meteorológicos entre julio y agosto de 2025.

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