
Entre los yuyos del campo argentino crece una pequeña flor azul que pocos conocen y muchos confunden con maleza. Sin embargo, guarda un poder ancestral: su mucílago actúa como un colirio natural capaz de aliviar la vista irritada.



Mirá que falta muy poquito para las fiestas y este frasco te resuelve todo: ajíes que van arriba de una carne, que funcionan como topping, como complemento o como acompañamiento. Le dan color, vida y un golpe de sabor que levanta cualquier plato. Son simples de hacer, quedan hermosos y, cuando aparecen en la mesa, terminan poniéndonos contentos a todos.

La ciudad se volvió más rápida, más previsible y más exigente: del remis con espera incierta al viaje trazable en minutos.

Así, como quien no quiere la cosa, una ruda en el balcón, un romerito en el cerco: siempre hay que tener alguna planta que marque el territorio. Y para el que sabe mirar, alcanza con ver ese verde bien puesto para entender que ahí vive alguien que guarda conocimiento tradicional, de esos que no se declaman, pero se practican.

Si estás cansado de pelear por un metro de arena entre carpas y parlantes, la Costa Atlántica tiene otra cara. Balnearios chicos, casi sin edificios, donde todavía se escucha el mar, los precios acompañan y el paisaje es la postal clásica de médanos, bosque y caminos de tierra. Esta es la guía directa: playas buenísimas, menos conocidas y perfectas para desconectar.

El último fin de semana extralargo por el Día de la Soberanía dejó una radiografía bastante clara de cómo se está moviendo el bolsillo turístico de los argentinos en este 2025. Hubo más gente viajando, más noches fuera de casa y más plata total circulando… pero con un comportamiento de consumo mucho más medido.

