
Entre la intuición perdida, la Guía Filcar y la obsesión por llegar más rápido



En Argentina, diciembre puede arder, pero la mesa de las Fiestas se sostiene con sus propios códigos: mate caliente, horno encendido y pan dulce como pieza central. Acá van cuatro recetas para ese diciembre real: el clásico de siempre, un pan dulce top de pistacho, una versión salada para la previa y una alternativa sin horno para los días en que la cocina se vuelve un desafío.

Desilusionarse y dejar de esperar es un desplazamiento interior. Emerge una lucidez más rigurosa: la capacidad de mirar la realidad tal cual es y asumirla sin el sostén de promesas ajenas.

Estas fiestas invitan a una pausa. “El ayer es historia, el mañana es un misterio; el hoy es un regalo, por eso le dicen presente ”. La frase persiste porque nombra algo definitivo: hay instantes que no se reemplazan. O se viven, o se pierden. Que la noche encuentre mesas abiertas, gestos sinceros y tiempo compartido. Te dejo para la playlist: Himno de Mi Corazón — Andrés Calamaro, Cachorro López y Melingo.

La alcaparra es un botón floral recolectado antes de abrir: un gesto mínimo con impacto enorme. En Argentina ya hay proyectos productivos concretos —Patagonia, Buenos Aires, NOA y Santiago del Estero— y, en paralelo, la cocina curiosa explora “alcaparras alternativas” con pimpollos de diente de león, capuchina y otros brotes, siempre con criterio, cuidado y buen curado.

Mirar con otros filtros, contar otras cosas y sostener un espacio propio no es una locura. Es una decisión.

